Ser terapeuta y coordinadora de grupos de crecimiento personal , como muchos saben, no fue mi primera profesión. Durante muchos años mientras buscaba en mi interior que es lo que quería para mí , trabajé de muchas otras cosas, entre ellas la que más recuerdo con un cariño inmenso fue como profesora de niños pequeños, grupos de hasta 35 niños por sala, lo que me llevó a sentirme feliz y satisfecha porque podía ser muchas cosas a la vez. Ser maestra me daba la posibilidad de ser madre, novia, artista, cantante, actriz, psicóloga, enfermera, trabajar con ellos era también trabajar con sus familias. La pasión por tratar con las personas las traigo conmigo desde siempre. Mi vida pululaba entre estudiar Psicología y ser actriz, mientras trabajaba de profesora, pero me faltaba algo más, siempre había algo en mi interior que me decía que faltaba algo más.
Todo en la vida es un ciclo y mi tiempo en Argentina , aunque con muchas experiencias enriquecedoras, terminó, lo que me dio pie a decidir lo que quería hacer en el futuro. Habiendo acabado un proceso de 11 años de Psicoanálisis y unos cuantos años como maestra. Irme a España no estaba en mis planes,, solo me llegó y mi carácter aventurero lo precipitó mas aun.
Cambiar de país y empezar de nuevo no es fácil. No fue una decisión sencilla, no tenía 18 años como cuando eliges por primera vez tu carrera, pasaba ya de los 30 y tenía que pensar también en las dificultades que conlleva vivir en país extranjero y trabajar para vivir y estudiar una nueva carrera.
Cambiar de País me ha llevado a vivir experiencias nuevas que no hubiera logrado solamente trabajando y estudiando, el conocer nuevas culturas, el comenzar otra vez, el haberme visto en el vacío sin nada, sintiéndome desprotegida, fue lo que me faltaba para darme cuenta en mi búsqueda que yo quería estar cerca de las otras personas, ayudar, acompañar, sentirme acompañada. Encontrar la Gestalt fue para mí el regalo porque unía 3 pilares de gran atracción para mí el psicoanálisis, el teatro y la meditación. No lo dudé tenía que seguir mi camino por allí.
Pero, lo más importante de todo esto, es que a lo largo de los años que llevo viajando fuera de Argentina y experimentando la Terapia Gestalt he tenido la posibilidad de vivir experiencias humanas maravillosas.
El hecho de acompañar a otra persona en un momento difícil, de confusión, pérdida, dolor, impotencia, significa muchas cosas a la vez. Ante todo, mucho miedo. Es una gran responsabilidad que alguien nos busque y nos pague para que le ayudemos a encontrar o a retomar su camino. Da miedo equivocarse, lastimar, confundir más a la persona, provocar algún mal, etc. Sin embargo, esto me ha enseñado a que no soy yo la que cura, la que sana, la que ayuda… yo tan sólo acompaño y no puedo ser – totalmente – el responsable de lo que ocurra en el proceso terapéutico. La experiencia me ha enseñado, más que la teoría, que la terapia es una co – construcción. Algo que se construye entre dos, en relación de dos, a través del encuentro, de la conversación y del contacto.
Otro sentimiento que he identificado muchas veces es la emoción de acompañar al otro. Vivir con otro (o con otra) los sentimientos que emergen ante cada experiencia de vida: dolor, miedo, tristeza, enojo, felicidad, etc. Y que, muchas veces, es justo en la terapia, a través del contacto conmigo y dentro del contexto del consultorio, donde el paciente se atreve a tocar, por primera vez, los sentimientos, que se va dando la oportunidad de ser honesto, auténtico, sincero… a reconocer lo que siente ante las cosas de la vida, ante sus relaciones, ante cada situación que enfrenta.
Me doy cuenta cómo, también, la labor terapéutica me ha permitido pasar momentos muy divertidos con las personas.
Trabajo con personas en relación de ayuda .
Solo puedo aportar una cosa, no puedo entender el trabajo frente a una persona sino es desde la honestidad y un trabajo interior profundo, largo y seguramente doloroso para romper el cascaron y nacer.
Cuando solo rondas el vacío y en la nada todo florece, para poder entender a los demás y empatizar con ellos no solo desde la teoría sinó desde el “confieso que he vivido”, sin esto no podría ponerme frente a los demás y acompañarlos en su proceso.
Cada día construyo una vida mejor para mí y puedo decir que se puede.
Lo mejor es que hago lo que me gusta ¡!!!!!!
Sos magica y maravillosaaa
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